Las prácticas educativas en el sector docente resultan necesarias para que maestros y profesores cuenten con una formación continúa y siempre a la vanguardia. Pero además, es una manera de tejer redes entre compañeros, de cooperar, de compartir. Esas prácticas educativas las materializamos el pasado 9 de abril en la jornada Claustros Cooperativos.

Lo vivido fue pura magia. Las prácticas educativas se convirtieron en una jornada íntima y bonita, en la que gozamos de un profundo análisis del sistema educativo con los ponentes y con los 60 talleres ofrecidos. Unas prácticas educativas a las que asistieron 300 docentes, que mantuvieron una actitud participativa, de escucha activa, de alegría y de ganas, muchas ganas.


Y es que en la propia naturaleza de un docente, la generosidad va intrínseca. Regalamos miradas, ofrecemos tiempo, obsequiamos sonrisas, proporcionamos acompañamiento, compartimos nuestro saber… Pero sobre todo, facilitamos sueños. Nuestro oficio de enseñar nos revela en cada acción que los sueños se cumplen cuando construimos y unimos redes.

Las prácticas educativas de la jornada Claustros Cooperativos es una idea que se materializó una vez más gracias a esa red familia que es La pizarra. Nuestra compañera Adela Salcedo, ideóloga del proyecto, nos asegura que está absolutamente enamorada de su profesión, la de ser docente, sintiéndose privilegiada por todo lo que me regala.

“Defiendo que un Maestro (tomando la etimología del término y englobando a educadores, profesores y docentes) es pieza fundamental de una sociedad. Y sostengo la convicción de que el sistema somos nosotros y que esa configuración de unidades independientes tiene el potencial de cambiar la realidad. Solo necesitamos procurarnos espacios que nos llenen de energía, que nos recuerden nuestro potencial y nos embriaguen de magia”, cuenta Adela. Y así ocurrió con esta maravillosa jornada de prácticas educativas.

Prácticas educativas convertidas en realidad

 

Desde los primeros trazos de este sueño llamado Claustros Cooperativos, los directores de La pizarra, Beatriz Villarreal y Sergio Verbena, confiaron y acompañaron, como buenos maestros que ven el potencial del alumnado y dejan que este trace sus propios pasos. Ellos son la madeja necesaria para tejer esta red de sueños que Adela Salcedo tiene como directora de proyectos o “materializadora de locuras”, como se define.

Como sabemos, decir maestro es decir equipo, comunidad y aquí hicieron falta muchos lunáticos enamorados de su trabajo. Gracias a todos los soñadores despiertos que hicieron posible que 300 docentes compartieran estas prácticas educativas, estas experiencias, que aprendieran y recordaran que nuestro potencial no tiene fin.

 

Manu Velasco, Francesc Nogales y Paola de la Cruz, como ponentes en las prácticas educativas, así como los inspectores educativos Rafa Atienza y Luis Torres cerraron un círculo perfecto de cooperación. Qué sublime belleza se perfila cuando tantos docentes reflexionan y escuchan. Miran y aprenden los unos de los otros con absoluta humildad y admiración por nuestro trabajo. Un sincero agradecimiento por entrelazar vuestras hebras con las nuestras.

Y como hablamos de soñar sin ponernos límites y de alimentarnos para enriquecernos, se sumaron a esta Jornada de cooperar: Graó, Bromera, papelería Ramón, Edicions 96, Montessori para todos y Escuela salud. Pues una buena trama se compone de hilazas diversas para un mejor acabado. Gracias por confiar y apoyar los sueños que comienzan.

Necesario es que las redes docentes de cooperación se expandan y así desvanecer los límites. La nuestra crece con filamentos de ANPE, VIU y Asindown. Desarrollo mutuo que fortalece las distintas mallas. Canciona, además de animar, supo recoger con su música la esencia de la jornada y la profesión. Dio ese toque de color y brillo.

Y el equipo no estaría completo sin Stephanie ni Cristina y todos los compañeros de la Escuela Internacional de Protocolo que nos guían y ayudan en cada propuesta con el sí preparado entre sus labios siempre. Manos dispuestas trenzar.

Y por supuesto, máxima gratitud y admiración a todos los docentes que participaron en este día de prácticas educativas, que sostienen la red, que se regalaron y confiaron en grado superlativo.

Agradecimiento a todos los claustros que decidieron compartir y seguir formándose. Que aman su profesión y la defienden de la mejor manera que se puede hacer: aprendiendo y dando, porque los docentes se desprenden de cuanto tienen y cuánto saben, porque su misión es esa, dar.

Seguimos hilando, urdiendo redes de cooperación para continuar engendrando esos sueños que nos muestran la grandiosidad del oficio de enseñar.

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